27 de Septiembre de 2023
Su origen es un reconocimiento al noble gesto de Pamela Toledo Ortiz, una niña de tan sólo 12 años que falleció producto de un aneurisma cerebral justamente ese día, el 27 de septiembre del año 1995. Lo cierto es que semanas antes de su repentino deceso, Pamela manifestó a sus padres la voluntad de donar sus órganos en caso de morir.
Para comprender mejor aún la trascendencia que tiene este día y, sobre todo, el impacto positivo que genera en los y las pacientes que reciben trasplantes, te contamos de qué se trata este proceso, quienes participan y cuál es la situación al día de hoy.
Irradiación de tejidos
Lo primero que debes saber es que para que una persona reciba un trasplante, antes deben ejecutarse una serie de pasos, destinados a garantizar que el procedimiento sea exitoso. Aunque el trasplante de órganos es un concepto con el que estamos relativamente familiarizados, los tejidos humanos también constituyen una importante herramienta terapéutica para el tratamiento de diversas enfermedades y procesos patológicos.
Dicho esto, partimos contándote que, en general, cuando el tejido (óseo, amnios o piel) del donante se extrae, se acondiciona en contenedores con una solución preservante estéril. Así, se mantiene en una cadena de frío hasta su traslado, desde el centro procurador (que puede estar ubicado en distintos puntos del país) hacia el Banco Nacional de Tejidos (BNT) en Santiago, donde se realiza un proceso que incluye corte, lavado, descontaminación, empaquetado y etiquetado. En este transcurso, además, se toman muestras para el monitoreo de microorganismos.
En este proceso entra en juego la Comisión Chilena de Energía Nuclear: esto, porque una vez que el tejido ha sido procesado, se almacena con hielo seco, para ser derivado al Centro de Estudios Nucleares La Reina, donde es expuesto, entre 27 y 28 horas, a radiación gamma, en un irradiador autoblindado. La esterilización por radiación reduce la carga microbiana, los desechos infecciosos y el riesgo de rechazo del tejido tras el implante.
Los tejidos procesados por el BNT e irradiados en la CCHEN pueden ser utilizados en distintos tratamientos destinados a pacientes con quemaduras y grandes quemaduras, en heridas crónicas y curaciones avanzadas como las que requieren pacientes diabéticos, oftalmología, ortopedia y traumatología, cirugía plástica reparadora, maxilofacial y odontología, entre otros.
Algunas cifras
Actualmente, el Banco Nacional de Tejidos tiene capacidad para procesar tejidos de origen humano como, tejido óseo, piel y membrana amniótica, entre otros. En cifras entregadas por el BNT, entre 2017 y 2021 se realizaron 1292 intervenciones clínicas con tejidos provistos por el BNT, donde 836 de ellas –equivalentes al 64,7%– utilizaron tejido irradiado.
En este punto cabe recordar el lamentable incendio que, en enero de 2021, destruyó las instalaciones del BNT en el Hospital San Borja Arriarán. Producto de ello, durante unos 20 meses esta actividad se vio significativamente afectada por la falta de infraestructura adecuada disponible. Aun así, gracias a tejidos en stock y a lo procesado en 2022 y en los primeros seis meses de 2023, fue posible atender a más de 275 pacientes a lo largo de Chile, a partir de 116 tejidos irradiados.
Ahora bien, si aumentamos el rango de fecha entre los años 2017 y 2023, gracias a tejidos irradiados en la CCHEN, se han realizado intervenciones clínicas que posibilitaron más de 1600 piezas de amnios implantadas, y el injerto de más de 500 piezas de tejido óseo y de más de 150 piezas de tejido de piel humana.
Una relación virtuosa
Desde su creación, el Centro de Investigaciones Nucleares para Aplicaciones en Salud y Biomedicina de la CCHEN ha trabajado en forma permanente con el Banco Nacional de Tejidos y la Coordinación Nacional de Donación, Procuramiento y Trasplante de Órganos y Tejidos del Ministerio de Salud. “Nos propusimos reafirmar esta relación virtuosa, y potenciarla sumando un nuevo enfoque, desde la investigación, desarrollo e innovación, que es lo que nos permitirá modernizar procesos, incorporar nuevos conocimientos y desarrollar tecnologías que contribuyan a disponer de mejores tratamientos para nuestros pacientes más vulnerables”, señaló la Dra. Ethel Velásquez, Directora (T) del Centro de Investigaciones Nucleares para Aplicaciones en Salud y Biomedicina de la CCHEN.
Bajo ese contexto, las tres instituciones –en representación de nuestro país– participaron en el proyecto regional denominado “Fortalecimiento de las capacidades de irradiación de tejidos utilizados como soporte en ingeniería tisular para su uso en medicina regenerativa” (RLA 1018), que contó con apoyo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). La iniciativa, en la que participaron instituciones de Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Chile, se orientó al fortalecimiento de las capacidades de los países para procesar tejidos radioesterilizados y aplicarlos en el ámbito clínico.
Pero eso no es todo. Hoy está en fase de diseño un proyecto nacional, que se ejecutará en el período 2024-2025. Más aún: de la mano de este proyecto, desde la CCHEN surgió la idea de desarrollar e implementar una nueva capacidad: el Laboratorio de tejidos biológicos, cuya remodelación se realizará gracias a recursos obtenidos del Ministerio de Desarrollo Social.
Laboratorio de tejidos biológicos
Este nuevo laboratorio busca contribuir al desarrollo de la actividad de tejidos en el país, tanto desde el punto de vista asistencial, con una nueva sala de procesamiento bajo estándares de calidad de área blanca, como desde el punto de vista de la innovación, la investigación y el desarrollo tecnológico que nos permitan avanzar en la producción de tejidos funcionales y de nuevos productos terapéuticos.
“Aspiramos a abordar esta actividad con una mirada multidisciplinaria e integrada, para ir más allá de la simple producción clínica. En esa línea, buscamos ser un núcleo científico y tecnológico para la creación de nuevo conocimiento y contribuir en la generación de nuevos procesos y desarrollo tecnológico, aportar desde nuestro rol en I+D+i para crear valor público que tenga un impacto en la salud y calidad de vida de las personas”, concluyó Ethel Velásquez.
Desafíos
La utilización de tejidos del cuerpo humano se ha ido posicionando como un gran avance en diversos tratamientos de la salud, debido a sus buenos resultados en la recuperación y rehabilitación de quienes han podido acceder a éstos.
Dada su importancia, todos los procesos clínicos para su obtención y posterior uso, deben realizarse con los más altos estándares de bioseguridad y es justamente en esta dimensión, donde la presente alianza se traduce en acciones que garantizan la calidad de las piezas procesadas desde los distintos tejidos procurados a lo largo de nuestro país.
Día a día, más personas se informan sobre la donación de tejidos. Con esto, surge la necesidad de dar a conocer a la población en general cómo funciona este proceso, quienes participan y cómo la energía nuclear, en este ámbito, contribuye a una mejor salud para todas y todos, haciendo que este proceso sea seguro y de calidad.
Fuente: Comisión Chilena de Energía Nuclear. Disponible en: https://www.cchen.cl/?p=7541