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12 de Enero de 2024

Reconociendo al Banco Nacional de Tejidos y cómo darle segunda vida a lo que antes era un desecho biológico

A través de la realización de una serie de procesos, es la unidad encargada de convertir los tejidos que reciben desde diferentes regiones del país en insumos terapéuticos para ayudar en la recuperación de pacientes a nivel nacional.

Recepcionar tejidos de todas partes del país, procesarlos, almacenarlos, generar un stock y distribuirlos a nivel nacional, son parte de las labores que realiza la Unidad Banco Nacional de Tejidos, la cual funciona desde el Hospital Clínico San Borja Arriarán (HCBSA) y, momentáneamente, también desde la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena).

Se trata de la unidad encargada en el sistema público de efectuar todas las acciones técnicas para convertir los tejidos en insumos terapéuticos, siendo el nexo entre el recinto generador y el centro trasplantador. Su trabajo se da bajo los lineamientos de la Coordinación Nacional de Procuramiento y Trasplante de Órganos y Tejidos del Ministerio de Salud.

El Banco Nacional de Tejidos fue fundado en 2017. El Dr. Sergio Reyes, traumatólogo del HCSBA y jefe de la Unidad Banco Nacional de Tejidos, explicó que junto a un grupo de especialistas «viendo instancias de cómo formalizar esto, tuvimos la suerte de conocer algunos centros en otros países. Después, se incorporó la enfermera María Teresa Ogrodnik que hizo toda la parte normativa. Con la participación de ella se generó la estructura para poder procurar y trasplantar tejido en el país».

Actualmente, el equipo está compuesto por cuatro enfermeros, cinco TENS, dos auxiliares de servicio, un administrativo, un jefe de la unidad y un médico referente de tejido corneal. Después del incendio, y de manera momentánea, dividió su funcionamiento en dos lugares: la parte administrativa y de coordinación está en el HCSBA y el laboratorio en Capredena.

 

La ruta del tejido

El Banco Nacional de Tejidos es un centro de referencia nacional, por lo que está vinculado con centros públicos y privados de todo el país. Actualmente trabaja con cuatro tejidos: córnea, amnios, piel y hueso. Dependiendo del caso, pueden procurarse de donantes vivos o fallecidos (por muerte encefálica o paro cardiorrespiratorio), siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos.

Los funcionarios reciben los tejidos desde regiones como Valparaíso, Bío Bío, Los Lagos, entre otras, y llegan de manera aérea o terrestre cumpliendo con la normativa de cadena de frío y mantenimiento.

Hay una logística de traslado nacional. La estrategia principal es por transporte aéreo porque hay un convenio desde el Ministerio de Salud para que puedan llevar desde cualquier centro hacia el Banco Nacional de Tejidos, o desde el banco a cualquier centro. No importa si es un tejido grande, chico o una lámina», explicó Pamela Vidal, enfermera coordinadora del Banco Nacional de Tejidos.

Una vez que lo reciben, deben validar que ingresó en buen estado y que cumple con las condiciones. Dependiendo del tejido, deben seguir un protocolo.

Las córneas, que se obtienen de donantes fallecidos, son evaluadas a través de exámenes por parte del médico y del equipo de enfermería. «Con eso se valida para el uso terapéutico y se hace la logística de despacho y liberación o de descarte», explicó Pamela Vidal. Este tejido permite a los usuarios recuperar la visión y evitar la pérdida de la integridad ocular.

Con respecto al amnios y la piel, debe hacerse un procesamiento de 72 horas como máximo. El primer tejido se puede obtener a través de cesáreas programadas y sirve como apósito biológico para coberturas de heridas y cirugías, gracias a su capacidad biológica de regeneración. La piel, que puede obtenerse de donantes vivos a través de abdominoplastía o fallecidos, sirve como homoinjerto para pacientes quemados y grandes quemados e injertos por traumatismo y amputaciones.

Finalmente, el óseo, que proviene de cabezas femorales por cirugía de recambio de caderas, «puede quedar almacenado en cuarentena y se va procesando a medida de que lo vamos sacando. Una vez trozados se empacan en envoltorios en los que pueden durar 5 años», añadió Pamela. De ellos pueden obtener injertos óseos para implantes por fracturas y para condiciones crónicas (artrosis y recambio de prótesis de cadera) para mejorar la calidad de vida de las personas. Estos tejidos, además, son enviados a la Comisión Chilena de Energía Nuclear para que sean irradiados, lo cual aumenta su duración.

Posteriormente, los tejidos son almacenados en refrigeradores de Capredena para conservar la cadena de frío. En caso de que algún centro del país necesite insumos, debe enviar un documento al banco y, dependiendo de la disponibilidad, se realizan los trabajos de logística y distribución.

 

La importancia del Banco Nacional de Tejidos

La creación y funcionamiento del Banco Nacional de Tejidos ha significado un importante aporte al sistema de salud y a los pacientes desde diferentes ámbitos. Anteriormente, los tejidos debían comprarse a instituciones de Europa y Estados Unidos, lo que implicaba un alto costo.

Además, los estudios han comprobado que el trasplante de tejidos genera una serie de beneficios en la recuperación de los pacientes, en comparación con los sintéticos. «Con el seguimiento de la medicina se determinó que con los tejidos humanos la reacción es mejor en el tiempo y tienen una mayor perdurabilidad», señaló el Dr. Reyes.

Por otro lado, ayuda a darle una segunda vida a lo que antes era considerado como desecho biológico.

Desde el punto de vista de la normativa legal chilena, está establecido que son desechos biológicos. Por lo tanto, si nos ponemos en el contexto de la economía circular, el ser humano cumple ese requisito porque usamos algo que en el fondo no se iba a ocupar. Nosotros lo estamos incorporando en la cadena para resolver patologías», añadió el Dr. Reyes.

Dentro de los desafíos a futuro del Banco Nacional de Tejidos se encuentra, por ejemplo, consolidar el procesamiento de los tejidos en términos oportunos y mantener siempre stock. Además, buscan sumar las válvulas cardíacas como tejido y, desde lo local, aumentar el procuramiento en nuestro hospital, ya que «tenemos que ser una institución que tenga un stock. Si el hospital provee esos tejidos a través del procuramiento, vamos a poder realizar más cirugías de resolución de patologías», enfatizó el Dr. Reyes.

 

 

Fuente: Servicio de Salud Metropolitano Central.