Es un proceso de evaluación exhaustivo, el que determina si la persona cumple con los criterios para ser sometida a un trasplante. Se requiere, por tanto, una evaluación clínica, social, psicológica, nutricional y educacional de la persona y entorno.
El objetivo es determinar que quien será trasplantado/a se encuentre en un estado biopsicosocial óptimo dentro de su condición. Si se detectan dificultades en este proceso, se realizan las intervenciones necesarias para corregirlas y minimizar los riesgos que se puedan presentar en la cirugía de trasplante o en la etapa post trasplante.
En este proceso, la Coordinación Local de Trasplante acompaña al paciente y su familia, quienes deben estar conscientes de lo que implica el proceso de trasplante, el tipo de cirugía, la hospitalización, potenciales complicaciones y los pasos a seguir cuando exista la disponibilidad de un/a donante.