Trasplantes
La inmunosupresión, en palabra simples, es el tratamiento farmacológico que impide que el cuerpo rechace el o los órganos trasplantados y es uno de los cuidados más relevantes en el post trasplante, pues tiene efectos colaterales que pueden poner en riesgo a los y las pacientes
Dentro del proceso del trasplante es muy importante incorporar al entorno cercano del paciente (la familia y/o cuidadores, amistades, etc.), en función de que adquieran conocimientos necesarios para el manejo del tratamiento médico, la alimentación e higiene adecuada, el reconocimiento de signos y síntomas, y todos aquellos factores que influyen en el cuidado y la calidad de vida de la persona trasplantada. Lo anterior, con el objetivo de re- incluirse en la esfera social, sexual, educacional, laboral, entre otras.
También resulta de alta importancia considerar el acompañamiento psicosocial en esta etapa de cambio, pues no está exenta de dificultades.
Para ello, recurrir a la comunidad, a grupos de apoyo (como los grupos de personas trasplantadas que se organizan en algunos centros asistenciales), así como a profesionales de la salud mental, son instancias facilitadoras y fundamentales para esta etapa.
La Coordinación Local de Trasplante y el equipo de salud de cada centro asistencial, acompaña todo el proceso post trasplante a través de los controles y seguimientos permanentes. Sin embargo, el manejo de esta etapa depende preponderantemente del compromiso de la persona trasplantada con su propio cuidado y el cuidado que proporcione su entorno.
Post trasplante inmediato: corresponde a los días de hospitalización en servicio de alta complejidad (UCI – UTI). Es una etapa crucial en la que los equipos están constantemente monitoreando exámenes, efectúan el control de signos vitales y están atentos/as a cualquier complicación que se pueda presentar.
Post trasplante mediato: es la etapa que ocurre una vez que la persona trasplantada es trasladada a un servicio de menor complejidad (sala básica), comenzando la preparación previa al alta (rehabilitación física, emocional y educación para los cuidados post trasplante). Una vez que se encuentra en condiciones adecuadas, la persona es dada de alta.
Post trasplante ambulatorio: es la etapa que ocurre una vez que la persona es dada de alta con su nueva condición de salud. Es importante que la o el receptor asuma de forma responsable su cuidado y mantenga contacto constante con su equipo de trasplante, seguir las indicaciones, toma de exámenes y asistir a controles programados. Todo esto asegurará mantener una calidad de vida que le permita reincorporar actividades de la vida cotidiana, mejorar su salud mental y volver a socializar con su entorno.
En los y las menores de edad, la responsabilidad que adquieran sus cuidadoras y cuidadores en relación a las indicaciones otorgadas, es de vital importancia. Se recomienda que si una niña o niño es trasplantado a una edad que no permite que recuerde la gravedad de su enfermedad, sea su entorno más cercano quienes le expliquen y enseñen estos cuidados hasta la apropiación e integración de éstos en su vida cotidiana.
Algunos componentes más importantes para el cuidado en niños y niñas trasplantadas son:
Desde la pre-adolescencia, es importante que el entorno cuidador eduque sobre la responsabilidad y el compromiso con su propio cuidado. Éstos consisten en explicar el sentido de los cuidados recomendados y la relevancia que tiene cumplir con cada uno de ellos, así como la adquisición de autonomía en torno a estas tareas. Con estas intervenciones tempranas se evita que en la etapa de la adolescencia aumenten las posibilidades de rechazo del órgano trasplantado.
Algunos aspectos más relevantes para el cuidado y autocuidado en adolescentes trasplantados son:
Un aspecto que se vive y resiente, es la experiencia de duelo, la que comienza en la etapa pre-trasplante, pero que no acaba posterior a trasplantarse, dado implica un cambio radical en la vida y, por tanto, requiere de un proceso de adaptación. En este sentido, el compromiso con el propio cuidado y el acompañamiento del entorno resultan fundamentales para las y los adultos trasplantados.
Si bien el trasplante de órganos ofrece una mayor cantidad de años y calidad de vida, el post trasplante es una fase que no está exenta de sentimientos ambivalentes: entre la esperanza que representa recibir un nuevo órgano y el miedo a perderlo, entre la independencia de la enfermedad y tratamientos previos a trasplantarse (especialmente de la diálisis en pacientes renales) y la dependencia a los cuidados que requiere la nueva condición.
Estas son algunas de las dimensiones más relevantes para el cuidado y autocuidado en personas adultas trasplantadas:
Herzog, C. (2010). Educación al paciente y la familia en un programa de trasplante. Experiencia en CLC. Rev. Med. Clín. Las Condes, 21 (2), 293 – 299].
Pérez, M., Martín, A. & Galán, A. (2005). Problemas psicológicos asociados al trasplante de órganos. Rev. International Journal of Clinical and Health Psychology, 5 (1), 99-114.